Entre el «rating» y el «pressing». (Publicado en Mercados de El Mundo)

Escrito a las 11:37 am

No seré yo quien salga en defensa de las agencias de rating, pero hay que ver la que se ha liado con el retoque a la baja en el riesgo soberano de España que acaba de anunciar una y ese primer puesto europeo en el Índice de miseria (déficit+paro) en que nos ha situado otra. Y todo ello poco después de que la prensa británica especializada recuperase el ofensivo concepto de Pigs para englobar a los que consideran países enfermos de Europa y a la vez que el premio Nobel Robert Lucas dijera, de visita en Madrid, que España había decepcionado al mundo por su reciente desempeño económico.  

Nunca antes había recibido el líder de la oposición tanta árnica en su combate contra el Gobierno por cuenta de la gestión de la crisis. Quizá esto ayude a entender lo ocurrido en la IV Conferencia de Presidentes, con un Gobierno central que ha tardado un año y medio en convocar a las CCAA para hacer frente, de manera coordinada, a la mayor recesión de nuestra historia reciente . Y con varios representantes del Estado en las CCAA, que esos son según la Constitución los presidentes autonómicos, empeñados en lucir el gorro de partido, orientado a la confrontación, por encima del de Estado, diseñado más para la cooperación. 

En este remake de la película Duelo al Sol en que se está convirtiendo cada vez más la cosa pública ante la mirada atónita de unos ciudadanos que ganarían más con la colaboración entre políticos y administraciones en materias como esta, la respuesta gubernamental no se ha hecho esperar. Y ha asumido la forma de pressing en toda la cancha sobre la realidad de las cosas. Antes se ejerció para intentar evitar con la fuerza del optimismo y del solipsismo que la crisis llegara. Y ahora, presionando para intentar adelantar la recuperación, viendo brotes verdes hasta en el repunte del IPC. 

Entre el rating de unos y el pressing de otros, los acontecimientos transcurren por cauces previsibles en ausencia de cambios inducidos desde fuera. Pero los ritmos se han acelerado en estos últimos días en los que incluso hemos visto una manifestación de fuerza por parte de los sindicatos, coincidente con un amago de dimisión del presidente de la CEOE, agobiado por sus propios problemas empresariales. 

La proximidad del fin de año nos empuja a todos a limpiar cajones de los compromisos atrasados. Tal vez por ello se ha presentado, con meses de retraso, el Informe Económico del Presidente que, en realidad, hace y firma su Oficina Económica. Si quieren que les de mi opinión, nunca me ha gustado la idea, a pesar de que están muy bien hechos desde un punto de vista funcionarial y académico. Aunque se nos olvide con frecuencia, conviene recordar que nuestra democracia no es institucionalmente presidencialista, por lo que incorporar hábitos y comportamientos de países que, como EEUU, sí lo son, sólo favorece el desequilibrio de contrapesos que ya existe en beneficio del poder ejecutivo, contribuyendo a matar, un poco más, a Montesquieu y su clásica división de poderes. Cuando el presidente del Gobierno habla y mucho de economía en el Parlamento, que es donde debe hacerlo, o en entrevistas periodísticas, o en formatos televisivos como el Tengo una pregunta, ¿a qué viene ese acto de sociedad en que se ha convertido de manera creciente la presentación del Informe? 

Del mismo se destacó mucho el anuncio presidencial sobre la inminencia de la recuperación, compatible, no obstante, con el decrecimiento del -0,3% que sigue previendo el Ministerio para 2010. Pero lo más relevante en la reciente estrategia del pressing ha sido la declaración efectuada en el debate sobre el Anteproyecto de Ley de Economía Sostenible de que ha quedado inaugurada la temporada de reformas estructurales, incluyendo una del mercado laboral. 

De repente, y con ese desajuste que empieza a evidenciarse en el reloj gubernamental que marca los tiempos políticos, quienes venimos predicando desde hace meses la necesidad de un Plan Articulado y Pactado de Reformas Estructurales como mejor manera de generar confianza, combatir el escepticismo de los ratings, acelerar la recuperación y cambiar el modelo productivo, nos hemos convertido en propagandistas del discurso de un Gobierno que, hasta ahora, venía haciendo oídos sordos a estas demandas. 

Lo importante, claro está, es si además de silbar la misma música nos pondremos de acuerdo en la letra de las reformas. Y para ello es relevante aprender de la situación actual de Grecia con los problemas derivados de sus incumplimientos del Pacto de Estabilidad que tanto están complicándole la vida al nuevo Gobierno, obligado a asumir un duro y socialmente costoso plan de reducción del déficit público. 

Como parte del pressing, Zapatero se ha comprometido a cumplir el calendario de reducción del déficit público desde el 10% actual hasta el 3% exigible, supongo que como respuesta adicional a los problemas planteados por las agencias de rating en estos días. Y el asunto no es baladí. Primero, porque como he defendido en esta columna, en línea con el FMI, no hay que tener prisas en retirar los estímulos presupuestarios a la recuperación porque no hay mejor reductor del déficit que una buena tasa de crecimiento económico continuado que actúa como estabilizador automático, subiendo ingresos y bajando gastos.

En segundo lugar, porque las reformas estructurales de las que hablamos, incluida la laboral, hacen falta precisamente para impulsar ese crecimiento vigoroso, sostenible y creador de empleo. Pero en último término, porque reducir el déficit en plazo y mejorar los ratings exige una reforma presupuestaria de gran calado, con respaldo parlamentario, que incluya una profunda revisión de nuestro sistema de ingresos públicos basada en la equidad y una no menor evaluación del gasto con criterios de eficacia, analizando críticamente la utilidad de aquellas políticas públicas que más recursos consumen. De no hacerse así, sólo quedarían los recortes cuantitativos, lineales e indiscriminados al gasto, junto a subidas desesperadas de tasas e impuestos. En España, como en Grecia.

2 comentarios

001
Javier Guillem
23.12.2009 a las 20:09 Enlace Permanente

El tema es el siguiente:
para entrar en el Mercado Comun, se destruyeron una serie de sectores industriales; baste recordar la cuota lactea, los altos hornos,mineria, Land Rover Santana, que se regalo a Suzuki, la agricultura…..y mi sector de curtidos.
Asi lo exigieron los italianos; de esa forma, ellos vendian sus curtidos a nuestras fabricas de calzado, mas baratas de mano de obra que las suyas.

El 97 % de la industria curtidora española desaparecio.
¿como se hizo?:
desde el Poder se ordeno a los Ayuntamientos que se exigiera la depuracion, pero era mas que una excusa para cerrar empresas.
No importaba tuviesemos depuradoras que se podia beber agua al salir del desague….los ayuntamientos fueron cerrando una detras de otra.
Y el Poder dio orden al Banco de España de cortar las lineas de descuento comercial a las curtidoras.
Asi se arruino un sector, como se arruinaron otros muchos.
A cambio, se recibieron los Fondos de Cohesion, un chorro de millones que fueron a manos de las constructoras : Ferrovial,FCC,Sacyr, Acciona….
Asi se creo unas empresas poderosisimas (son las que manejan a los gobiernos y oposiciones actuales).
Asi las cosas, es estupido pedirnos a los empresarios que volvamos a industrializar el pais….no nos podemos fiar de gobernantes que no buscan el bien de sus gobernados, sino sus votos para seguir en el Poder o en la oposicion…..a ellos no les va a faltar el sueldo a fin de mes.
Y preferimos buscar otros paises, de legislacion mas transparente y menos cambiante, para producir lo que sea.
Por eso, veo muy mal el panorama, no del paro, sino de la economia.
Escribi en otro sitio que conozco bien Ucrania; lo que alli vi, lo vamos a ver pronto aqui….
Eso si, mucho Real Madrid y Barsa…Pan y circo, como en epoca romana, para distraer al obrero y que no se enfurezca con sus ineptos gobernantes.
Y no olvidamos que tu eres uno de los que contribuiste a desisdustrializar el pais.
Lo unico que se puede decir en tu defensa es que te has bajado del carro; lastima que tarde para tus conciudadanos.
Tenemos la demagogia instalada en el poder y desde las televisiones, nos hacen ver lo que ellos quieren….hasta la gripe A, que la tenian preparada para distraernos.
¿

002
enric doménech
27.12.2009 a las 21:56 Enlace Permanente

Según leo en el Leap, lo de Grecia, es en parte consecuencia de una economía subsidiada, en la que no han tenido el valor, ni la conciencia suficiente, para emprender los cambios adaptativos que mejorasen su estructura económica.
En cristiano paladino: ‘que no han hecho los deberes, que han estado mirando demasiado tiempo a la teta comunitaria, sin preocuparse de la situación de sus propios pastos, que quedaban yermos, olvidados, improductivos, y pobres’.
De la macro a la micro, en economía no todo es fácilmente explicable, ni mucho menos extrapolable, de un a otro ámbito, las transferencias y sinergias que se producen en cada uno de sus respectivos ámbitos, condicionan de forma diferente, según los agentes o actores que intervengan.
El ciudadano necesita referentes, y con estos, es muy fácil caer en el pecado del ‘presidencialismo’, pero, con un ‘jefe’ de la patronal en quiebra, y que además no ofrece en lo suyo, voluntad de minimizar sus nefastas consecuencias, (air comet) ¿cómo puede un ciudadano creer en la ‘buena voluntad’ de los empresarios para salir de esta crisis?.
Si el ejemplo es ‘que arreen y sálvese quien pueda’, la concertación social, está más que complicada. Y recordemos, en esta orquesta, el Gobierno, no es más que el que lleva los atriles, y las sillas a los músicos, ¡no existe director! ¡los músicos están de brazos caídos! ¡el gerente del teatro, en paradero desconocido!. Y uno se pregunta si no será el momento de socializar las empresas, de retomar los medios de producción, de dar un ‘zapatazo’ sobre la mesa, y decir Fins ací arribà la riua! ¡Hasta aquí hemos llegado! ¡Ya está bien de marear la perdiz!
O nos calentamos tod@s, o le pegamos una patada a la estufa.

Bon Nadal, Jordi!!!!

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