La España bloqueada. (Publicado en Mercados de El Mundo)

Escrito a las 12:26 pm

Mientras comienza en España la discusión sobre si, ante la ausencia de estímulos públicos adicionales, hay recaída económica o solo una etapa de crecimiento lánguido, el deterioro de los servicios del Estado de Bienestar prosigue, crece el número de desempleados que superan un año en paro (dos millones) y aumentan las desigualdades sociales a la par que el número de personas por debajo del umbral de la pobreza.
            En palabras del Presidente Zapatero, vivimos horas difíciles. Más de la mitad de la población española está viendo como su nivel efectivo de vida y sus expectativas de mejora se deterioran a pasos agigantados, sin que conozcamos propuestas para resolverlo por parte del Gobierno ni de la oposición, más allá de recortes presupuestarios, la indeterminada reforma laboral y vaporosos eslóganes con pretensiones electorales, que solo duran un telediario, en medio del habitual mar de insultos y descalificaciones mutuas. Digámoslo claro: nuestra respuesta como país a la crisis, ha carecido de pedagogía pero, sobre todo,  no ha estado a la altura de los desafíos con que nos enfrentamos.
            Tenemos que hacer mucho más y de forma muy distinta, si queremos adelantar una recuperación vigorosa y, además, que sea germen de un modelo de crecimiento inteligente, es decir,  sostenible. Y, la verdad, todo aquello que se me ocurre como imprescindible desde el ámbito público para mejorar el tono vital del país, recuperar iniciativa emprendedora y no dilapidar el dinamismo social que ha acompañado a los éxitos cosechados en los últimos treinta años, se encuentra bloqueado, entre una lógica electoral partidista que prima la confrontación sistemática y un marco constitucional diseñado, bien por las mayorías parlamentarias exigidas, bien por los necesarios acuerdos con las CC.AA, para forzar acuerdos en asuntos fundamentales.
            Sin ánimo de ser exhaustivo, España se encuentra bloqueada en los siguientes asuntos importantes:
1.     Reformulación conjunta de nuestras finanzas públicas. La característica definitoria de las políticas de bienestar (sanidad, educación, pensiones, dependencia) es que su gasto crece a un ritmo superior al de sus ingresos normativos. Ello exige debatir sobre: estrategias permanentes de mejora en su eficiencia, reforzamiento periódico de sus ingresos y sistemas flexibles de participación de los beneficiarios en su financiación directa.
 También conviene reflexionar entorno a las infraestructuras: ¿podemos permitirnos tantas líneas de AVE, tantos aeropuertos, tantos grandes puertos y tantas autovías, cuando andamos mal en otros asuntos básicos? Sin olvidar, la necesidad de diversificar las fuentes de financiación de las pensiones, estableciendo una nueva vinculada a la riqueza del país, que permita rebajar sustancialmente las cotizaciones sociales.
Por último, pensemos si podemos seguir financiándolo todo, mientras rebajamos los impuestos como el IRPF que hoy recauda, en términos de PIB, un 24% menos que en 1992, sin que haya mejorado la entropía de las administraciones. 
2.     Creación de un Sistema Nacional de Innovación. Si hay dos cosas en las que todo el mundo está de acuerdo en esta materia son: las muchas carencias que tiene nuestro modelo de innovación o, mejor, la ausencia de modelo y, en segundo lugar, su importancia vital para mejorar la productividad y competitividad de una economía. Desde Universidades que investigan bien pero que no lo trasladan suficientemente a innovación empresarial, hasta empresas que quieren innovar y no saben como, pasando por la proliferación de Parques Tecnológicos, OTRIS, Fundaciones, viveros de empresas etc impulsadas por el Gobierno Central, las Autonomías e incluso Ayuntamientos que, a pesar de su número, no alcanzan la masa crítica suficiente como para ser decisivas en producir innovación tecnológica y comercial de manera continuada y suficiente. Tenemos buenos investigadores y empresas necesitadas, tenemos muchos casos de éxito, pero sigue faltando la argamasa que alinee todo eso en una misma red, estimulando la adecuada financiación.
3.     Fomento del espíritu emprendedor. No hay programa electoral o de Gobierno de los últimos veinte años que no incluya el fomento del espíritu emprendedor entre sus objetivos principales. Y, sin embargo, aquí seguimos. Con algunas cosas hechas, otras mejoradas, pero con un país donde los jóvenes prefieren trabajar para el Estado o por cuenta ajena, la mayoría de empresarios aspiran a algo parecido a un estanco, los parados no cambian de provincia de residencia para encontrar empleo, los autónomos son casi una variable derivada de las políticas de externalización de servicios de las empresas, la movilidad social se ha frenado como consecuencia del fracaso escolar y del subempleo de los licenciados y donde crear una empresa, sigue siendo una odisea administrativa y financiera, a pesar del esfuerzo que hacen las Cámaras de Comercio con sus ventanillas únicas.
4.     Economía baja en carbono. Tendremos, todavía, necesidad de carbono durante muchos años. Pero no darse cuenta de que nuestra dependencia del mismo como fuente energética está en claro retroceso, es no entender el mundo en que vivimos. Articular una estrategia de sustitución ordenada del carbono con el objetivo de cumplir los compromisos internacionales de lucha contra el cambio climático, es mucho más que poner primas desproporcionadas a algunas energías renovables. Afecta al conjunto del sistema de producir, distribuir, consumir y vivir, es decir, a nuestro modo de vida actual (viviendas, materiales, ciudad sostenible, coche eléctrico, telecomunicaciones etc).
 

Podríamos, además, hablar de otros asuntos decisivos para reforzar el dinamismo del país como la forma de luchar contra la nueva pobreza, la necesidad de perfeccionar el Estado Autonómico en transito hacia un Estado Federal, la reforma de la Justicia para evitar las inaceptables demoras actuales, los problemas de morosidad de las administraciones públicas, la nueva colaboración entre sector público y privado, etc.
En todos, estamos bloqueados, porque no se pueden hacer, en serio, sin un gran pacto político entre, al menos, los dos grandes partidos. Pacto que, además, ayudaría a reforzar la confianza de los mercados financieros en nuestro país, rebajando, de manera inmediata y sustancial, nuestra prima de riesgo, con los beneficios que ello comportaría para todos.
Si la España oficial está bloqueada entre la realidad y sus inmensas posibilidades, ¿quién la desbloqueará? El desbloqueador que la desbloquee, si sabe leer las encuestas, además, ganará las elecciones. Seguro.

10 comentarios

001
jj
08.11.2010 a las 12:59 Enlace Permanente

Creo que la gente más moderada de los dos grandes partidos debería hacer un manifiesto o favorecer algún tipo de movimiento por la consecución de un gran Pacto de Estado que permita afrontar todas las grandes reformas que este país necesita para homologarse a la vieja Europa.

002
bitdrain
09.11.2010 a las 02:45 Enlace Permanente

Considero que el problema real de este pais va mas alla de solucionar la situacion economica y revertir el paro. Es un virus el que tenemos inoculado y no podemos competir de tu a tu con otras sociedades avanzadas.
Necesitamos saltos hacia adelante pero mientras PSOE y PP se mantengan en esta dinamica destructiva en la que han convertido la democracia (partitocracia bipartidista), con cupulas ejecutivas tan incompetentes, con mensajes tan vacios y tan mercenarios donde la accion de gobierno es tan simple como la encuesta electoral de turno, mal nos ira siempre.

Precisamente hoy trataba este tema en mi blog personal. La cordura y sensatez nunca esta de mas. Gracias D. Jordi por compartir sus opiniones.

003

Estimado Sr. Sevilla. Su artículo está muy bien y me alegra que se haya acordado de la necesidad del fomento de la emprendeduría. Es vital para el relanzamiento de nuestra economía.

Sin embargo, echo en falta dos aspectos fundamentales en su argumentación:

1. Ofrecer un cambio de modelo económico. Después de mucha información analizada, he llegado a la conclusión que el futuro de España para su economía y para la reducción definitiva de la tasa de desempleo que se convierte en estructural, pasa por el desarrollo inteligente del sector primario. Esta idea estará desarrollada en un artículo que publicaré en breve en mi blog personal, además de los medios de comunicación habituales.

2. Se olvida de la necesidad de replantearnos la actual estructura administrativa del Estado. No debe ser sorpresa para las personas que me siguen que apuesto claramente por un adelgazamiento, reestructuración y diseño inteligente de nuestra estructura. Lo más evidente y visible: la eliminación de las diputaciones provinciales, los cabildos en Canarias y los Concejos en Baleares, redistribuyendo sus atribuciones entre Comunidades o Ayuntamientos según criterios basados en la eficiencia, no en ningún otro. También formará parte de un artículo que publicaré y que podrá leer en mi blog personal de asuntos económicos.

Manuel Caraballo Callero
Economista de Izadi AG

004
Magda
09.11.2010 a las 13:18 Enlace Permanente

Ha explicado el Gobierno al sector del carbón, cómo y dónde van a ir la mano de obra que hasta ahora ha estado sacando el carbón de las minas de nuestro pais.
Ha intentando el gobierno pensar en los seres humanos que hasta ahora eran tan necesarios.
Estamos estancados porque no han preparado a la sociedad y a nuestros empresarios en medidas de avance tecnológico y de respeto al Medio Ambiente, queremos hacer una casa de altas calidades y medios de última generación encima de casas de amianto,(que por cierto todo los barrios de Madrid con casas de más de 30 años sus tejados son de esa «calidad»), queremos hacer de nuevo otra chapuza.
¿Y hago esta pregunta de ciudadana?.
¿queremos innovar para abanzar todos juntos? o ¿queremos innovar para salir en las encustas y ganar las elecciones y después abandonar a la familia política?.
El grupo Alonso ha firmado un ere de 1200 trabajadores.
Acusa la falta de entrada de carbón a las térmicas como consecuencia de la paralización cautelar del Real Decreto.
Y esta es la contestación de un Trabajador:
«Yo no he visto nada igual:
TENEMOS RECURSOS ENERGETICOS Y BRAZOS PARA EXTRAERLOS Y NO NOS DEJAN TRABAJAR.
Seguro que a los más espabilados pensarán , pues que se reciclen y cambien de ocupación; y yo respondo :
¿EN QUE LUGAR NOS RECOLOCAREMOS MAS DE 2000 ALMAS Y A QUE NOS VAMOS A DEDICAR ? «.
Por favor Sr Sevilla conteste a este hombre.
Un saludo

005
Magda
09.11.2010 a las 13:21 Enlace Permanente

Disculpe por el «ABANZAR»

006
Arnau Riera
09.11.2010 a las 14:50 Enlace Permanente

Comparto completamente tu diagnóstico Jordi. Sin embargo el cambio político que exiges es, por ahora, inasumible por los dos grandes partidos. A parte de rigor, seriedad, visión a largo plazo y objetividad, tu propuesta requiere transformaciones estructurales que molestarían a las élites beneficiadas por el modelo actual. Ni PSOE ni PP han demostrado tener la valentía para creerse un proyecto y implementarlo con coherencia, aunque éste moleste al lobby de turno.

007
Mayte Carreño
09.11.2010 a las 18:21 Enlace Permanente

¿Qué país queremos destruir y cuál construir?

En mi modesta opinión de emprendedora de ecommerce, honestamente, creo que el primer bloqueo, sin duda, es de la clase política: desgraciadamente, salvo excepciones, no destacan por su excelencia en su formación.

¿Cómo es posible que nos sirva una misma persona ora ministra sanidad ora ministra de asuntos exteriores? ¿Cómo es posible que con la que está cayendo tengamos a un gobierno abriendo el melón de los apellidos? ¿Qué mensaje estamos dando a la sociedad tanto a jóvenes como adultos?

Encantada de leer ahora tu blog: es la fuerza de twitter 🙂

008
eva
09.11.2010 a las 19:13 Enlace Permanente

Jordi:

Llevo unos meses pensando en e lpunto 3, «Fomento del espíritu emprendedor», con un enfoque muy prosaico, muy lejos del discurso habitual de viveros de empresa y de la relación Universidad-mercado. Se trata de un punto minúsculo que quizás, solamente quizás, si se implementara nos ayudaría a matar dos pájaros de un tiro. Primero te doy el contexto, y luego te explico cómo se implementa mi idea en otro país (mi ejemplo es el Reino Unido, donde resido actualmente). Me gustaría conocer tu punto de vista al respecto.

Hay muchas personas de mediana edad con empleos estables cuyas vidas pueden parecer de «funcionario soñado» por el estereotípico estudiante universitario español (salario a la antigua, seguridad laboral… ) pero que tienen inquietud por hacer las cosas de modo diferente, por probar a poner en marcha una iniciativa en torno a una idea determinada, o una necesidad identificada en su vida laboral, pero no se ven con ánimo de dejar su trabajo estable para lanzarse a la aventura sin red de seguridad.

El marco legal/administrativo en España para que una persona pueda lanzar una iniciativa de este estilo a tiempo parcial es demasiado rígido. Tienes dos opciones: o montas una SL, o te das de alta como autónomo. Y al hacer eso te atas a unos gastos fijos mensuales de un par de cientos de euros, tengas actividad o no, tengas ganancias o no. El efecto perverso de esta situación es doble: solo los muy valientes (o los que se pueden permitir semejantes costes fijos incluso si no hay beneficios, como suele ser el caso cuando se arranca un proyecto) se tiran a la piscina «de verdad». El resto, o bien inician la actividad pero sin declararla (incrementando la economía sumergida, presentando competencia desleal a aquellos que hayan decidido «jugar limpio»), o sencillamente no hacen nada y se quedan con la espinita clavada, siguiendo con su actividad habitual. He aquí un ejemplo de emprendedor en potencia que se quedará en eso.

En el Reino Unido, personas con un estatus PAYE (Pay As You Earn - asalariados, para aclararnos) pueden darse de alta adicionalmente como Self Employed. El Estado entiende que estas dos «entidades jurídicas» son en realidad una sola persona, el Estado asume que el tema de National Insurance ya viene cubierto por las contribuciones PAYE (el rendimiento del trabajo como asalariado), y para la actividad «Self Employed» se le permite al emprendedor llevar una contabilidad sencilla, una declaración anual, y un pago de impuestos de un porcentaje solamente sobre los beneficios (dicho porcentaje es variable, dependiente del nivel de renta total de la persona).

Tengo conocidos que mediante esta fórmula pueden compaginar su trabajo actual con iniciativas personales. Por un lado les permite realizarse, por el otro consideran que tienen una red de seguridad establecida en caso de perder su «trabajo asalariado» en esta recesión, y en un par de casos he conocido historias de éxito en el cual la actividad adicional cobró tal magnitud que pudieron prescindir del sueldo fijo y dedicarle a ésta toda su atención. Solo es en ese momento que las contribuciones a pensión y a seguridad social se transfieren a la figura «Self Employed». En ningún momento se «paga doble».

¿Por qué no se puede establecer una fórmula de este estilo en España? ¿Le ves algún inconveniente importante que no he sabido percibir?

Saludos.

009
Armando
11.11.2010 a las 09:18 Enlace Permanente

Y, la verdad, todo aquello que se me ocurre como imprescindible desde el ámbito público para mejorar el tono vital del país, recuperar iniciativa emprendedora y no dilapidar el dinamismo social que ha acompañado a los éxitos cosechados en los últimos treinta años, se encuentra bloqueado, entre una lógica electoral partidista que prima la confrontación sistemática y un marco constitucional diseñado, bien por las mayorías parlamentarias exigidas, bien por los necesarios acuerdos con las CC.AA, para forzar acuerdos en asuntos fundamentales.

Entonces, Sr. Sevilla, ¿por qué la solución primera no se encamina a revertir las causas de la parálisis?.

Solo la incompetencia pide ser consensuada.

Gracias y un saludo.

010
antonio ordóñez trigo
12.11.2010 a las 01:13 Enlace Permanente

12.11.10.
A tenor de lo que expones en tu artículo te envío unos párrafos de la obra que pretendo publicar. Dicen lo siguiente:

Desde la llegada de aquel actor que como artista fue prácticamente irrelevante, así como de aquella dama ungida con unos rasgos que culturalmente no solemos atribuir a la mujer, retrocedimos a la Revolución Industrial del siglo XIX. Se reprodujo aquella concepción en la que el Capital, influenciado por un neoliberalismo auspiciado por la Escuela Austriaca se retractó de lo que durante largos años había considerado necesario asimilar. Volvió a germinar aquel laissez-faire que el más clásico de los economistas personificó en unos punzantes alfileres. Se olvidó que la economía tendría que ser un instrumento que sirviera para interrelacionar a los seres humanos y el trabajo un medio con el que el obrero pudiera llegar a realizarse. Los resultados nos están mostrando que las doctrinas y las actuaciones de estos cinco partícipes estaban profundamente equivocadas. Tan desacertadas que como consecuencia de los dramas que han gestado hemos de hacerle al brazo ejecutor de nuestras desventuras las siguientes preguntas:

¿Qué queréis conseguir?
En el afán de obtener cada vez más posesiones hemos visto como algunos han estado acumulando tal cuantía de riquezas, que por su magnitud hemos de imaginar que el principal factor que les habrá impulsado a conseguirlas tendrá que estar en el simple placer de inventariarlas.

¿Creéis que sois el futuro?
Y si lo creéis ¿serán los que ocupen la cúpula, los más cualificados, o los que simplemente detenten las riquezas?

En palabras de Joaquín Leguina “si en la convocación de treinta plaza de ujieres en las Cortes Generales se presentaron veinte mil solicitantes; y una vez llevada a cabo una exhaustiva criba, entre los treinta finalmente aprobados abundaban los ingenieros, los físicos, los matemáticos, los economistas, etc. ¿qué sociedad es éstas que lo mejor que tiene para un egresado universitario es un puesto de ujier?
No es sólo que los más preparados tengan que emigrar. Es que estáis conformando una sociedad en la que éstos no tendrán donde ir. El alcanzar un puesto de trabajo estará más determinado por el sometimiento de los escogidos que por el conocimiento (en palabras de Ortega), de los excelentes.

¿Creéis que podéis permitíroslo? Porque después de haber prostituido lo que otrora fue la Ley de la Oferta y la Demanda, consideráis que como consecuencia de vuestra capacidad de cometer desafueros podréis seguir manteniendo que la verdad no interesa, a las nuevas generaciones no podréis seguir catequizándolas con vuestros medios de difusión.

En función de lo expuesto ¿no habré sido demasiado moderado en los planteamientos que he expuesto en esta obra?; ¿no debí haberme preguntado que si los milagros de las economías neoliberales no se sostienen por su falta de lógica y racionalidad, no podemos continuar sentados escuchando lo que se nos diga desde una serie de púlpitos que tratan de hacernos partícipes de lo que se prometió en Aquella áspera montaña?

Y sin embargo, después de haber visto que todas las revoluciones solamente parieron una pléyade de caras nuevas que no sólo se consumieron ante la imposibilidad de materializar sus idearios, sino que ante esta impotencia se tornaron caras viejas ¿me equivoqué al solapar mi encono, envolviéndolo en un manto de firmeza, de derechos y de razonamientos, que en aquellos momentos pensé podrían cubrir un mundo de esperanzas? Sé que habrá muchos que habrán de catalogar el modelo que aquí trato de plasmar como irrealizable… No les voy a inquirir si honestamente consideran inviable este proyecto. Voy exclusivamente a preguntarles si honradamente creen que el que estamos padeciendo podemos mantenerlo indefinidamente.

Por aquellas fechas, uno de los poemas que más impacto me causó fue el que escribió Núñez de Arce y que a continuación transcribo.

No es la revolución raudal de plata
Que fertiliza la extendida vega.
Es sorda inundación que se desata.
No es viva luz que se difunde grata,
Sino confuso resplandor que ciega
Y tormentoso vértigo que mata.

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