Suárez, la reforma administrativa y un bodrio (Publicado en Mercados de El Mundo)

Escrito a las 8:05 am

Fue el lunes, camino del Instituto Nacional de Administración Pública (INAP) donde iba a dar una conferencia, al encontrarme con la larga cola de ciudadanos que esperaban para despedir al Presidente Suarez, cuando decidí este artículo. ¿Qué podemos aprender del “método Suarez para los cambios”, que sea aplicable hoy a la reforma de las administraciones públicas? Continuando con una de mis obsesiones que ya he traído a esta columna, lo que hemos agradecido estos días de manera unánime al Presidente Suarez no es tanto una cuestión del “qué hacer” (convertir a España en un país democrático de la Unión Europea) sino el “cómo hacerlo posible”, partiendo de un contexto especialmente complicado para ello. La transición, el consenso, la concordia son, ni más, ni menos que un método para hacer factible un cambio deseado, venciendo las resistencias existentes al mismo. Adolfo Suarez no ha pasado a la historia de España por elaborar sesudos tratados sobre lo que habría que hacer, sino por arremangarse, meterse en el fango y conseguir hacerlo posible, con éxito. Y no solo, sino con ayuda de los demás. Esa es la clave del éxito: conseguir aglutinar a los partidarios del cambio entorno a un programa concreto de acción y con ellos de la mano, ejercer la presión suficiente sobre los resistentes a dicho cambio, como para reducirlos.

Desde esta perspectiva, el consenso, el dialogo sincero y la negociación hasta la extenuación, se convierte en cuestión de puro pragmatismo, en la mejor manera y, a veces, la única manera en que es posible el cambio, ya que sin acuerdos ni pactos mayoritarios, las diferentes alternativas se paralizan en la inacción y acaban ganando quienes no quieren que nada cambie. España está hoy bloqueada porque existen demasiados asuntos en los que necesitamos un pacto para avanzar (el agua, la inmigración, la educación, la fiscalidad, las pensiones, la innovación, el empleo, la sanidad, la reforma de los partidos, de la ley electoral, del Estado Autonómico, de la financiación autonómica etc, etc), un consenso que ponga los intereses generales por delante de los intereses electorales de partido, como se ha dicho que hizo Suarez, mientras que la actitud de los principales partidos actuales ha consistido en imposibilitar cualquier acuerdo, hasta llegar al ridículo de apoyar o no la misma medida, como subir el IVA, en función de si se estaba en el gobierno o en la oposición.

La democracia es alternativa y alternancia, pero también acuerdos, consensos y zonas comunes. Y depende del momento, de la circunstancia y del asunto a abordar que debe primar lo uno o lo otro, reforzar lo que nos une como sociedad o fortalecer aquello que nos separa como individuos de parte. Mi tesis es que cualquiera que quiera llevar adelante una reforma seria de las administraciones, tendrá que utilizar el método Suarez: dialogar, negociar,  pactar, con la oposición, con los empleados públicos, con todas las administraciones. Solo así se forjarán mayorías continuadas durante el tiempo necesario para aplicar cualquier reforma digna de tal nombre, como para vencer las resistencias existentes entre aquellos que saldrán perjudicados por las mismas, aunque sea perdiendo privilegios elitistas.

Entre 2004 y 2007 se puso en marcha un importante proceso reformista de las administraciones, de la mano de tres leyes aprobadas con amplio consenso: Estatuto Básico del Empleado Público; Administración Electrónica; Agencias Públicas. Junto a ellas, la creación de la Agencia de Evaluación de Políticas Pública; la aprobación de un Código de Buen Gobierno del Gobierno y la non nata Ley de Bases del Régimen Local, hicieron posible abrir un proceso de transformación radical de las administraciones en sus tres aspectos esenciales: lo que hacen, cómo lo hacen y con quien lo hacen. Pero no se continuó por esa línea y el cómo hacerlo quedó esbozado, pero apenas iniciado. Y ahí seguimos.

El Gobierno actual ha publicitado, unilateralmente, “la mayor reforma administrativa de la historia”. Sin embargo, se está quedando en un plan de desamortización (venta de pisos y terrenos), la supresión cosmética de organismos menores o sin actividad, junto a apreciables avances en compras centralizadas, gestión unificada de nóminas o integraciones parciales de sistemas informáticos. Periferia. Importante, pero periferia. Sigue sin abordarse el núcleo central del funcionamiento cotidiano de las administraciones, ni de la gestión de personal. En ese sentido, el Gobierno haría bien en hacer caso de las recomendaciones que le acaba de hacer la OCDE en su revisión crítica del proceso de reformas administrativas, en especial, lo relativo a entender las reformas como un proceso a lo largo del tiempo, no como una cosa de una sola vez, que debe buscar la implicación de todo el gobierno y de todos los gobiernos en países con estructura multinivel, como el nuestro, de los ciudadanos y de empleados públicos.

Y concluyo con el bodrio: cuando se sustituye el consenso por el ordeno y mando, el pacto por la imposición despótica, se cometen errores de prepotencia como el siguiente: la pretensión de fusionar, sin fusionar realmente, cuatro prestigiosos centros académicos, de formación y de estudio, como el Instituto de Estudios Fiscales, el mencionado INAP, el Centro de Estudios Jurídicos y el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales. Y no se fusionan para ahorrarse nada, ni mejorar la eficacia de nada, ni solventar ningún problema existente, sino para poder decir que donde antes había cuatro, ahora hay uno, aunque eso redunde en un empeoramiento claro. No hay en ello una cuestión ideológica, ni veo el asunto en el programa electoral del partido del Gobierno, que parece, en esto, abducido por la dinámica corporativa. Personalmente, hubiera preferido un proyecto para fusionar cuerpos administrativos, simplificar y centralizar oposiciones, potenciar la formación interna creando una ENA como en Francia, implantar la evaluación del desempeño a los empleados públicos, desarrollar la función directiva etc. en lugar de este bodrio (cosa mal hecha, desordenada). Si hablaran, si negociaran, si consensuaran, si aplicaran el método Suarez para las reformas, estos errores tan de bulto, no se cometerían y todos saldríamos ganando.

Dejar un Comentario

Los comentarios en esta página están moderados, no aparecerán inmediatamente en la página al ser enviados. Evita, por favor, las descalificaciones personales, los comentarios maleducados, los ataques directos o ridiculizaciones personales, o los calificativos insultantes de cualquier tipo, sean dirigidos al autor de la página o a cualquier otro comentarista. Estás en tu perfecto derecho de comentar anónimamente, pero por favor, no utilices el anonimato para decirles a las personas cosas que no les dirías en caso de tenerlas delante. Intenta mantener un ambiente agradable en el que las personas puedan comentar sin temor a sentirse insultados o descalificados. No comentes de manera repetitiva sobre un mismo tema, y mucho menos con varias identidades (astroturfing) o suplantando a otros comentaristas. Los comentarios que incumplan esas normas básicas serán eliminados.

XHTML: Puedes usar las siguientes etiquetas: A ABBR ACRONYM B BLOCKQUOTE CITE CODE DEL EM I Q STRIKE STRONG IMG

Logotipo de Blogestudio