La verdad en las canciones (Publicado en Mercados de El Mundo)

Escrito a las 10:27 am

Nadie le pide a una canción que sea verdad lo que cuenta. No es esa su función. Basta con que música y letra trasmitan algo agradable. Lo mismo sucede con las narraciones utilizadas en política: para movilizar el apoyo de los propios, basta con repetir mensajes conocidos, que conecten plenamente con todos los prejuicios que arrastramos los seres humanos y que ayuden a reconfortarnos con lo ya sabido, sobre todo, desde que se descubrió que la decisión de votar pocas veces se adopta desde el Sistema 2 de nuestro cerebro donde se ubica la parte racional. Transmitir esas seguridades, en un mundo complejo e incierto, movilizan sentimientos positivos en la dirección deseada, sin que nadie pretenda que, lo que se dice, además, sea objetivamente cierto.

A menudo, bien la letra, bien la música de esas canciones políticas son tarareadas por otras instancias, ya que la esencia de una buena canción electoral es que sea pegadiza. Así, afirmar que “las políticas expansivas de Zapatero en plena crisis provocaron que España sufriera una profunda recesión” o que “las vigas maestras de la recuperación han sido la austeridad y las reformas” son frases de una de esas canciones que no pretenden verdad, sino alagar el oído de alguien, en línea con el argumento popular archisabido de que “la culpa de todo la tuvo ZP” y “hemos salido, sin rescate, gracias a las políticas de este Gobierno”. Sin embargo, cuando estas letras de canción electoral se emiten desde foros serios, debe haber espacio para un debate racional ya que son frases que difícilmente encuentran hechos que las avalen y, todos los que existen, admiten interpretaciones diferentes más veraces.

Ninguna cifra presupuestaria avala que Zapatero aplicara políticas expansivas en plena crisis. De hecho, casi todo el mundo reconoce que perdió las elecciones, precisamente, por el giro de recortes en el gasto público que impuso desde mayo de 2010. Conviene recordar que cuando la crisis estalla, con retraso, en España, venimos de tres años consecutivos de superávit presupuestario y hemos situado la deuda pública por debajo del 40% del PIB. A partir de ahí, el déficit público se dispara como consecuencia de dos realidades asociadas a la crisis: fortísima caída de ingresos y aumento del gasto en desempleo. En 2011, por ejemplo, los gastos presupuestarios del estado cayeron respecto a 2010 (cosa que no ha vuelto a ocurrir desde entonces) pero todavía fue mayor la caída en ingresos como consecuencia del agravamiento no previsto de la crisis. Eso son los datos, reconocidos en los boletines del Banco de España. La caída de ingresos por la crisis y no las inexistentes políticas expansivas de gasto es lo que explica el grueso del aumento de déficit en esos años. Incluido el desbarajuste en las cuentas autonómicas de 2011, reflejado por Eurostat.

La única actuación adoptada entonces, explícitamente anticíclica, fue el llamado Plan E, aprobado en noviembre de 2008 siguiendo un acuerdo del G-20, cuando los temores ante el efecto arrastre de la caída de Lehman Brothers eran algo muy tangible. Se inyectó a la actividad productiva entre 8 y 10.000 millones de euros, en más de 30.000 proyectos en ayuntamientos y otras diez líneas de inversión productiva. Algunos, de baja productividad y escaso sentido. Pero no todos. Por cierto, en esa misma línea de expansión keynesiana del gasto, el actual Gobierno también ha adoptado dos medidas como el plan de pago a proveedores y el Fondo de Liquidez Autonómica, de mayor cuantía presupuestaria y financiado directamente con deuda pública. Y nadie dice que “las políticas expansivas de Rajoy en plena crisis, aumentan la deuda”.

Tomar posesión del Gobierno con una deuda pública equivalente al 70% del PIB en 2011 y dejarlo, cuatro años más tarde, en el 100% de un PIB mayor, incluyendo el dinero público destinado a pagar el rescate de nuestros bancos, no es exactamente mi idea de lo que representa una política de “austeridad”. Como tampoco lo es un Gobierno que convierte gasto no financiero en financiero (son datos), para evitar computarlo como déficit y que ha peleado con Bruselas hasta retrasar, más de cinco años, el compromiso de alcanzar el 3% de déficit. Si, como dijeron, reducir el déficit era positivo, lo han ido posponiendo todo lo posible. Es decir, todo lo que ha permitido la recuperación de ingresos públicos que, también en esta fase de recuperación, está determinando el resultado presupuestario mucho más que la austeridad en el gasto global.

Tampoco, para finalizar, debemos confundir recortes con reformas. A este Gobierno se le debe reconocer el impulso en las siguientes reformas: pensiones, yendo un poco más allá de la efectuada por el anterior gobierno, a cambio de romper el consenso y reducir el poder adquisitivo de los pensionistas sin alterar el esquema de las mismas; sector eléctrico, donde resulta complicado saber el impacto que ha tenido sobre la tarifa; mercado de trabajo, facilitando la precarización del empleo y debilitando la capacidad negociadora de los trabajadores. Pero si hacemos la lista de reformas que ni han empezado siquiera a abordarse en esta legislatura de mayoría absoluta, es más largo lo pendiente, que lo hecho.

Y, a pesar de todo, la recuperación es cierta. ¿Significa esto que solo es posible establecer una relación de causalidad? Mi tesis es que no. Que la recuperación encuentra sus raíces en el rescate financiero de 2012 que, unido a los manguerazos de liquidez del BCE, empezó a quebrar los ataques de los mercados sobre nuestra prima de riesgo. Que mejorado el acceso a los mercados de liquidez, empieza a aflojarse las tensiones sobre nuestro consumo interno, de forma especial, entre quienes no han perdido el trabajo y tenían el piso pagado. Y que, en contra de lo dicho por el Gobierno, es el gasto, no el ahorro y la demanda interna, no la externa, quienes explican la actual recuperación,. A muchos, lo que digo les sonará a otra canción diferente. Es posible. Pero está más respaldada en datos objetivos. Si la verdad importa algo en las canciones, claro.

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