Falta un Plan Estratégico «España S.A.» (Publicado en Mercados de El Mundo)

Escrito a las 1:28 pm

Si excluimos el castizo “nos tienen manía”, habrá que preguntarse qué saben de España los mercados que nosotros no sepamos y que justifica un castigo como el sufrido esta semana en forma de caída de la bolsa, subida de la prima de riesgo y necesario desmentido del Presidente ante una rumoreada intervención inminente por parte de la troika. Y se me ocurren cuatro asuntos que pueden explicarlo, sin necesidad de centrarnos de manera obsesiva en los problemas de un modelo autonómico que solo encontrará solución mediante un salto federal que clarifique espacios competenciales y consolide la cooperación.

            El primero, es el cuestionamiento que realizamos nosotros mismos sobre la veracidad de los números, empezando por las cifras presupuestarias y siguiendo con el verdadero alcance de los activos tóxicos inmobiliarios en nuestro sistema financiero. Tras las elecciones, los nuevos Gobiernos pusieron en duda, por razones partidistas, las cuentas públicas heredadas, ante desviaciones de déficit que luego se han explicado por la imprevista desaceleración económica, pero lanzando sospechas sobre la validez de todo el sistema de control presupuestario. De igual manera, cada vez que se fusionan bancos, afloran nuevas pérdidas ocultas que empañan la labor del supervisor y agrandan las dudas sobre el tamaño del agujero.

            El segundo asunto está siendo una gestión poco cuidada de la información. Desde la cifra de déficit para los Presupuestos de este año (primero, 4,4%, luego 5,8 sin pactar ni dejar de pactar, finalmente 5,3 impuesto) de la que se enteraron nuestros socios y la Comisión por la prensa, hasta el último anuncio de recorte adicional de 10.000 millones de euros en sanidad y educación, medio oculto en una nota de prensa, sin que nadie sea capaz de hacerlo creíble en base a explicar donde, cómo y con quien. Habla demasiada gente, con desmentidos incluidos, menos quien debe hacerlo, que escapa por el garaje del Senado. En este contexto, para un bróker londinense que debe tomar decisiones rápidas sobre comprar o no deuda española, no le tranquiliza nada escuchar al Presidente del Gobierno diciendo que lo tiene todo en una hoja de ruta que, al parecer, solo él conoce. Como tampoco ayuda el Ministro de Economía y el Gobernador del Banco diciendo que, a lo mejor, todavía no ha terminado el lento caminar del ajuste bancario (por cierto, el Gobernador reconoció el otro día en público que un banco malo hubiera hecho la reconversión financiera más rápida), que el crédito seguirá sin fluir y que, tal vez, haga falta todavía una nueva capitalización, en medio de noticias sobre un aumento en la morosidad.

            El tercer elemento de duda objetiva es la tozudez de los datos: para cualquier experto, resulta muy dudoso que con una recesión de casi el menos dos por ciento, se pueda cumplir este año con el objetivo de déficit. Duda que crece cuando el gobierno anuncia un nuevo e inconcreto recorte de gasto, apenas una semana más tarde de enviar los Presupuestos al Parlamento. Pero el empecinamiento en el 3% para 2013, año en que se sigue previendo recesión, resulta sencillamente increíble para muchos analistas que, entonces, desconectan del riesgo España. Sobre todo, cuando de las cifras que ellos conocen e hizo públicas el Banco de España esta semana para el cierre de 2011, del 1,78 billones de euros de deuda externa española, la pública solo representa el 16%. El FMI, proponiendo esta semana una quita a la deuda hipotecaria privada, reconocía esta realidad: estamos obsesionados en reducir la deuda pública, pero el grueso de nuestra deuda externa es privada. Y de la interna, también, como señala los informes públicos del Banco de España donde consta que solo la deuda de nuestras familias es superior a toda la deuda pública.

            El cuarto y último elemento de duda razonable tiene que ver con que si España fuera una empresa que acude al mercado en busca de financiación, cualquier experto observaría dos cosas: que no hay un Plan Estratégico a medio plazo (cuatro, cinco años) que recoja el conjunto de actuaciones que se tiene intención de llevar a cabo para asegurar mediante el crecimiento la devolución de los préstamos y, dos, que los accionistas están divididos, enfrentados y con serias disensiones sobre el camino a seguir por la sociedad. ¿Invertiría usted en una empresa así? Seguimos adoptando medidas a golpe de telediario y de prima de riesgo, exactamente igual que criticábamos al Gobierno anterior que, recuerdo, aprobó casi 300 medidas de lucha contra la crisis, algunas en los olvidados Pactos de Zurbano y todas ellas aplaudidas por la Comisión y el ECOFIN.

            Esta semana el Presidente de Extremadura ha propuesto formalmente la necesidad de unos nuevos “Pactos de la Moncloa” que permitan, con apoyos institucionales, políticos y sociales,  encauzar una salida articulada a nuestra situación excepcional. Una iniciativa como esa, que vengo defendiendo aquí desde hace tres años y a la que se han sumado referentes tan importante como el Presidente Griñan o el líder de la oposición, significa algo tan elemental como que los accionistas, en momentos difíciles, se pongan de acuerdo sobre el Plan estratégico de esta empresa llamada España SA. Y no puede merecer, por parte del Presidente del Gobierno, la fría respuesta que ha tenido.

            El problema español que preocupa fuera a los mercados, no es, pues, ese mal autonómico tan demonizado desde determinados sectores políticos. Los mismos que combatieron el intento que se hizo durante 2004-2007 para arreglarlo, con iniciativas como la Conferencia de Presidentes, la creación de consorcios que evitaran duplicidades, las ventanillas únicas electrónicas, las reformas estatutarias pactadas, o la reforma del Senado y de la Constitución sobre la que sigue siendo válido el informe del Consejo de Estado. Aquel intento, que conozco de primera mano, partía ya de la base de que lo existente no funcionaba bien. Pero la solución a un dolor de cabeza no puede ser cortar la cabeza, aunque se presente como lo más rápido y, aparentemente, eficaz. La solución solo puede alcanzarse, como parte de ese ausente Plan Estratégico pactado entre los accionistas.

3 comentarios

001
Marcos
16.04.2012 a las 15:05 Enlace Permanente

El plan se podría llamar «En busca del crecimiento perdido» y las medidas a adoptar algunas de las que se proponen en: ¿Cómo aumentar el potencial de crecimiento reduciendo el déficit?

002
jose
26.04.2012 a las 17:37 Enlace Permanente

Si, efectivamente, coincido en muchos aspectos con Ud., aunque soy un
neófito en economía, pero no dejo de interesarme y aprender; me inquietan
los entresijos en parte ficticios en que se sustenta la economía. En fin,
la cuestión es referente a el nuevo gobierno, dicen que se encontraron
con un defícit público muy superior a lo que les informaron y por eso tie-
nen que hacer los recortes; bueno, ellos conocian perfectamente las
cuentas de las autonomias ya varias estan gobernadas por ellos. En
cuanto a la deuda del Estado, dudo de que no la conocieran y por qué
PSOE permitió que siguiera aumentando, pues quizá porque reacciona-
ron tarde y la misma UE instó a tomar medidas cuando el proceso de
desaceleración ya habia empezado y lógicamente ante una situación
tan profunda e inesperada de crisis se vieron sorprendidos y la misma
inercia de desaceleración en cuanto a consumo, ingresos, etc. los llevó a esa situación, algo que se aprovecha para desprestigar y justificar los recortes y presupuestos echando la culpa a los anteriores, pero si estuvieran otros, posiblemente la situación los habría rebasado también;
puede que quizá reaccionaran un poco antes, no lo sé. Por otra parte
también contribuye al defícit las fusiones de entidades financieras para diluir la pérdidas de los productos hipotecarios tóxicos y otras razones que ha tenido que subsanar el papá Estado o BE a un interés irrisorio y que ellos disponen a su libre albedrio, supongo…. Lo que no se justifica,
ni con deficits ni nada, es la reforma laboral agresiva que llevaron a cabo por real decreto, ya no hablo del despido sino que las empresas se puedan descolgar de los convenios, bajar sueldos, cambiar turnos, actividades y hasta despedirte por coger un 20 % de bajas por enferme-
dad en los últimos 2 ó 3 meses. Eso no tiene nada que ver, simplemente
son criterios partidistas e idealistas.

003
tu anciana abuela
28.04.2012 a las 00:01 Enlace Permanente

En cuanto al cotrol presupuestario, pienso que en este país no ha habido control de ninguna clase.

Ni presupuestario ni de nada. Que el Tribunal de Cuentas no haya denunciado en años cosas como lo de Andalucía, demuestra que estaba a otra cosa. Que el Banco de España haya dejado pudrirse los temas de las Cajas de Ahorros, demuestra que no estaban a lo que estaban. Que los Secretarios de Ayuntamiento hayan permitido que nuestros queridos alcaldes hagan mangan de capirotes, con la mejor de sus sonrisas, demuestra que andaban a por uvas…

Lo de la deuda pública, para mi no es una obsesión: es la cruda realidad. ¿tenemos siquiera para pagar los intereses???

¿que calificación nos darían las compañías de rating si nos endeudáramos cada día mas??

¿que interés tendríamos que pagar por la deuda, si bajáramos y bajáramos nuestro rating??

Tu eres el economista, pero mi opinión de «anciana abuela» es que cuando la familia se arruina, no es cuestión de opiniones: no hay mas que apretarse el cinturón.

En cuanto a lo de los accionistas, me da mucho que pensar:

En este país, por tradición, hemos andado siempre como en el cuadro de Goya: a palos, y de lodo hasta el culo….

…si nuestra prosperidad depende de que «todos los accionistas» nos pongamos de acuerdo…..

A parte de ese comentario, te diré que somos muchos los que queremos Pactos de la Moncloa. ..Yo, sin ir mas lejos.

Para ello, nuestros queríados políticos tendrían que tener vocación de Hombres De Estado, como la tenían los firmantes del Primer Pacto.

Gracias por tus amenas charlas.

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