El Presidente Zapatero se despide con una reforma constitucional. Nada que ver con las cuatro reformas que propuso en su debate de investidura y la simple comparación entre aquellas y esta, resume todo un mandato de ocho años. Aquellas eran necesarias y su parálisis representó un cierre en falso el debate territorial en España y, por eso, siguen pendientes. Esta, no es necesaria y hacerla puede representar un cierre en falso del debate económico en España. Estoy a favor de la estabilidad presupuestaria, como establece el Tratado de Maastricht y como la definimos en la Ley de 2007 que voté como diputado. Elevarla, incluso con referendum, a rango constitucional, no es una cesión a los mercados financieros, sino una cesión al peligroso populismo «anti políticos democráticos» que, en USA, representa el Tea Party y a quienes creen que cuanto menos Estado, mejor…para ellos. 1. Por empezar por el principio: los abultados déficits que lucen hoy las cuentas públicas de algunos países, entre otros España, no son consecuencia de políticos manirrotos, sino de la mayor crisis económica del último siglo causada, por cierto, por un exceso de endeudamiento privado al que no ha sido ajeno la desregulación de una parte del sistema financiero internacional. Ha sido cuando la crisis ha empujado los ingresos públicos hacia abajo y los gastos públicos hacia arriba como consecuencia de la aplicación de los llamados estabilizadores automáticos, que para eso están, cuando, en España, hemos pasado del primer superávit de la democracia, al casi 12% del PIB de déficit público.
2.Esto no tiene nada que ver con la hormiga y la cigarra. Para eso están, también, los Estados. Para contrarrestar el ciclo económico e intervenir cuando la actividad privada se paraliza por el efecto incertidumbre asociado a toda crisis importante. Sin las medidas de apoyos públicos a la demanda agregada aprobadas y llevadas a cabo por el G-20, la crisis hubiera sido mucho peor en términos de paro y de pérdida de riqueza. Por cierto, solo es una cuestión contable que las inmensas cantidades de ayuda a la banca privada que se han arbitrado en todos los países, no entren en el cálculo del déficit público no financiero que es el que cuenta a estos efectos, ya que son préstamos financieros, aunque sí sumen en la deuda pública. Este hecho, por cierto, deja fuera a los rescates a la banca de las restricciones sobre estabilidad presupuestaria excepto las mucho más laxas del endeudamiento.
3. Desde el momento culminante de la crisis hasta ahora, los déficits públicos se han reducido en España de manera significativa y, a partir de mayo de 2010, mediante la aplicación de durísimas medidas de recorte en políticas sociales clave, como las pensiones. Ese simple hecho desmiente la idea de que «los políticos» son todos unos irresponsables, de los que no podemos fiarnos (no sabemos quien) y mejor atarlos corto mediante reglas, normas y la Constitución. No es cierto. De hecho, cuando la reforma constitucional entre en vigor, 2020, el déficit público habrá sido ya vencido (esperemos) sin necesidad de estas previsiones constitucionales. En sucesivas crisis de esta magnitud, veremos que ocurre, si vivimos, porque el texto pactado deja muchas puertas abiertas a la interpretación.
4. Todos los gobiernos adoptan medidas de gasto público, por cierto, refrendadas siempre por sus parlamentos, que son discutibles. Hay quien está a favor y quien en contra. Eso es el debate democrático: a unos, los gastos en las Olimpiadas de Madrid, que ójala nos las concedan esta vez, les parecerá despilfarro y a otros una rentable inversión en capital social y marca. Lo que no es adecuado es juzgar expost las cosas, es decir, criticar las rebajas fiscales (como los 400 euros, que cuestioné en su momento por otras razones) cuando viene una crisis y se encuentra con las arcas públicas menos llenas de lo que podrían estar.
5. Dicho todo eso, queda mucho recorrido por hacer para conseguir un gasto público austero y eficiente. Como queda mucho camino por recorrer para conseguir unos ingresos públicos equitativos y progresivos. Con crisis o sin crisis. No hemos utilizado la técnica presupuestaria de base cero (enpezar cada año de cero, justifricandolo todo y no simplemente incrementando lo del año anterior que se da ya por justificado), ni de presupuestos por programas (objetivos agrupados y cuantificables, cuya consecución se puede medir), ni hemos impulsado la evaluación de la eficiencia del gasto público a pesar de tener una Agencia dedicada a ello, ni hemos prohibido los créditos ampliables (en caso de urgente necesidad, para eso está el Decreto-Ley), ni hemos reformado el Gasto en Agencias con contratos programas cuya evaluación se pueda presentar en el Parlamento, ni hemos agilizado las inspecciones del Tribunal de Cuentas, ni hemos aplicado, en serio, los Códigos éticos y las leyes de conflicto de intereses. En ninguna administración, la gobierne el partido que la gobierne. Por el otro lado, seguimos manteniendo que «los ricos no pagan IRPF», un sistema fiscal en el que paga más quien trabaja que quien vive de rentas heredadas, donde mantenemos 20 años el sistema de módulos que fué provisional y con demasiado fraude global.
Ahí es donde están los problemas y ninguno de ellos requiere para resolverlo ninguna reforma de la constitución que equivale al inútil gesto de rascar donde no pica.
6. ¿A quien le pica ahí? A quienes vienen proponiendo desde hace décadas, constitucionalizar la prohibición del déficit público o limitarlo severamente: a quienes desconfían de los políticos, del Estado como agente redistribuidor de renta y de la misma democracia. A cierta derecha académica norteamericana, minoritaria, a la que no le habían hecho caso, hasta ahora, ni sus políticos de derechas, Reagan Y Bush causantes de los mayores déficits de la historia reciente de USA.
La experiencia de décadas de democracia en Europa desde, al menos 1945, demuestra que, incluso con la implantación del Estado del Bienestar, los déficits público han sido, en general, controlados en ausencia de crisis. Con excepciones. Si. Pero con un comportamiento general de responsabilidad política y social. Cuando se negoció el Tratadel de Maastricht, principio de los 90 del siglo pasado, la media de los déficits públicos estaba por debajo del 3% del PIB y esa es la razón de que se escogiera esta cifra cabalistica como límite, en situación normal de la economía. Incluso se hicieron paralelismos con el objetivo de inflación: si estabilidad monetaria no es inflación cero, sino 2%; equilibrio presupuestario no es déficit cero, sino un máximo del 3%, lo que permita a los países más atrasados disponer de un margen de inversión pública que les permitiera converger con la media europea.
7. Todo eso lo desestabiliza la actual crisis donde se mezclan varios hechos: crisis financiera, necesidad elevada de financiación externa de las deudas pública nacionales en un mundo globalizado; oportunidad detectada por los mercados para resarcirse de algunas pérdidas en unos sitios, lanzando ataques en otros países para mejorar sus beneficios en ellos el elevar los tipos de interés; respuesta tibia de la Unión Europea a la crisis (hubiera bastado más rapidez y hacer de verdad, lo que dicen que hace el Fondo de Reserva y el Banco Central, y emitir eurobonos como en USA) en momentos de liderazgos evanescentes y voluntad de Alemania de aprovechar la situación para establecer su liderazgo en la eurozona, en sus propios términos. Y, por supuesto, una pésima gestión política nacional de la situación en aquellos países que han acabado siendo intervenidos.
8. Muchos economistas, premios nobeles, instituciones internacionales e incluso, los llamados mercados, creen que el principal problema ahora radica en las bajísimas perspectivas de crecimiento a las que contribuye, decisivamente, una contracción generalizada del gasto público en los principlaes países desarrollados. Por eso, piden atenuar los ritmos de reducción del déficit y, por eso, nuestra reforma constitucional no entra en vigor hasta 2020 cuando se supone superada la crisis.
Por tanto, la reforma constitucional no es para esta crisis, que tendremos que bandear con las disposiciones legislativas existentes que, al parecer, son suficientes.
Si es así, ¿por que hacerla para cuando ya no sea necesaria?¿para la próxima crisis que nadie sabe cuando vendrá ni cómo? No. La verdad es que nos movemos en el terreno ideológico, unos y de regate electoral en corto, otros. Pero todos, prisioneros de la movilización «denigra a un político democrático» que algunos sectores sociales están extendiendo en nuestro país. No hablo de la crítica (saldrá en pocas semanas un librillo mío, «Para desbloquear España», muy crítico con la gestión de toda esta crisis). No hablo de la discrepancia fuerte, pero razonada. No hablo de las alternativas legítimas.
Hablo del populismo del tipo: los políticos tienen la culpa de todo, sin CC.AA nos iría mejor, todos son unos manirrotos, cuando no unos presuntos corruptos, deberían ponerlos a picar piedra, nos roban a manos llenas etc etc Hablo de sesgo «antipolíticos», que acaba cuestionando al propio sistema democrático. Y esta vez, no se trata de profesores de universidad que publican artículos provocadores, sino de movimientos políticos articulados que, como el Tea Party en USA (recuerdo que su lema es «más religión y menos Estado») agitan el debate político, presionan sobre opinión de los electores y, por tanto, condicionan los posicionamientos de algunos líderes políticos que creen que su batalla electoral se dirime en esa franja del electorado.
9. En mi opinión, echar carnaza a ese festival de lo que Gore llamó «asalto a la razón», es lo que se ha conseguido con esta reforma constitucional. Ninguno de los objetivos previstos en la misma se aplicarán hasta dentro de 9 años, y todos los objetivos de control del gasto ahora, reducción del déficit ahora y tranquilizar a los mercados ahora, se hubieran podido conseguir por otros métodos más eficaces. Por ejemplo, pactando entre PP y PSOE: los Presupuestos para 2012 con una fuerte reducción del déficit y del gasto corriente; implantar los techos de gasto de las CC.AA y su cumplimiento estricto de los escenarios de consolidación presupuestaria y una reforma de la ley general presupuetaria incorporando presupuestos base cero, por objetivos y evaluaciones obligatorias de la eficiencia en las principales partidas de gasto.
10. Ya se que lo que propongo es más complicado y, tal vez menos espectacular, que una reforma express de la Constitución. Pero, no tengan dudas, sería mucho más adecuado a las necesidades reales del momento. Y, luego, con el mismo espíritu de consenso, abordar TODAS las reformas pendientes de nuestra constitución para hacer del sistema político español algo mucho más égil, eficaz y, eso, representativo.
30.08.2011 a las 19:10 Enlace Permanente
Sobre el mensaje populista negativo que rodea la imagen de los políticos españoles, mientras la gestación de los lideres sea dentro del aparato de los partidos (ajenos al ciudadano y preocupados sólo de su organización), no será posible obviar que su pésima imagen se la están ganando a pulso.
30.08.2011 a las 19:23 Enlace Permanente
«la reforma constitucional no es para esta crisis, que tendremos que bandear con las disposiciones legislativas existentes que, al parecer, son suficientes.
Si es así, ¿por que hacerla para cuando ya no sea necesaria?¿para la próxima crisis que nadie sabe cuando vendrá ni cómo?.
Hola Jordi, esta reforma constitucional sí que es para esta crisis ya que ahora mismo están comprando deuda gente a la que se le tiene que devolver en 2020 y con esta reforma se les está diciendo que con total seguridad se les devolverá ya que será una prioridad. Esto puede hacer que se exija menos tipo de interés a nuestra deuda a día de hoy, con la importancia que esto tiene.
Enhorabuena por el blog.
30.08.2011 a las 19:39 Enlace Permanente
Jordi, no estoy muy de acuerdo con tu artículo. Por una serie de razones:
1.- En mi opinión incrementar el gasto público (política fiscal expansiva) o rebajar los tipos de interés (política monetaria expansiva), ambas fruto de la intervención estatal en la economía solo genera distorsiones en las decisiones de inversión de los agentes económicos privados quien elaboran planes de negocio sobre escenarios que no son reales. Además, incentivar la demanda a través del gasto público, solo retrasa lo inevitable, alargan la vida de proyectos empresariales que son ineficientes y que solo perjudican la economía a largo plazo.
2.- La reforma constitucional, aunque coincido contigo en que no es necesario que sea ejecutada de esta manera «express», sí que considero que son útiles como lo demuestra la experiencia polaca que aunque creo que no tiene rango constitucional si que ha limitado el déficit por ley y eso le proporcionó la tranquilidad de los mercados con la consecuente relajación de la presión sobre su deuda.
3.- No es que todos los políticos sean unos irresponsables, hay claros ejemplos de lo contrario, entre ellos el tuyo, sin embargo, sí que no deberíamos dejar total discrecionalidad con el dinero de todos y unos límites a su capacidad para endeudar al Estado nunca vienen mal, así nos protegemos de posibles gobernantes irresponsables.
4.- Me parece que desde el Gobierno y desde la oposición no se ha sabido explicar correctamente esta reforma. Creo que ni unos ni otros la quieren tanto, pero a la gente de a pie hay que explicarle porque gastar más de lo que se ingresa puede llegar a ser bueno. Está claro que todo gira en torno al concepto de inversión más que de gasto, el problema es que hay medidas que no son tan justificables, como los 400 euros o el cheque bebe, que no tiene en cuenta el principio de progresividad que tiene nuestro sistema fiscal. Es injusto valorar «ex post» pero es igualmente necesario.
Un saludo.
30.08.2011 a las 20:04 Enlace Permanente
Hablando de populismo, recuerdo unos titulares entrecomillados, de mayo de 2006 sobre el borrador del EBEP, que decían algo así como «se acabó el puesto de trabajo para toda la vida». Quiero decir que hay pocos políticos inocentes en esto de dejar el Estado en su mínima expresión.
30.08.2011 a las 20:56 Enlace Permanente
No podría estar más de acuerdo, tanto en lo que se refiere a la política concreta, de fondo parlamentario y hecha por políticos con cara y ojos; como en lo que se refiere al trasfondo idelógico de criminalización de la política y la referencia al «tea party».
Sin embargo, creo que hubiera venido bien, una breve referencia al 15M y al rayo de luz que supone, como contraposición, el deseo de mejora de la democracia de buena parte de la población.
No sé si has tratado el tema con anterioridad porque no te sigo asiduamente, aunque te leo de vez en cuando, te pido disculpas si ha sido así.
Eso sí, este artículo me ha sorprendido gratamente, así que, quedas añadido a mis marcadores.
Un saludo
PD: Las medidas que propones son de sentido común. Como dejas claro en el artículo, una reforma así sólo se puede entender desde el trasfondo ideológico de quien la impone.
30.08.2011 a las 22:47 Enlace Permanente
Magnifica reflexión pero el peso de la deuda o el pago de intereses en los presupuestos han de ido en aumento al incrementarse los costes de financiación, la pregunta es como limitar esos costes para conseguir dedicar más gasto a la re activación económica. Supongo que l refoma va en ese sentido aunque que por su redacción me parece papel mojado
constitucional como el artículo del derecho a una vivienda digna.
y usted que conoce la administración pública desde dentro y ha compartido consejos de ministros porque no se hace un revisión del sistema impositivo español para alcanzar mayor eficacia y un sistema más justo y progresivo.
30.08.2011 a las 23:06 Enlace Permanente
El artículo es clasificador. El tema de fondo que aborda es la clave. Los poderes económicos quieren allanar el camino hacia su sueño, que nadie ponga limites a sus ansias de beneficio y los políticos honestos y decentes, son un obstáculo. Solo un matiz, usted se refiere a políticos (no se si en el sentido profesional, el que vive de la política) y yo me referiría más a la política, como sistema de organización social. Como lugar donde cada persona decide y se siente partícipe en la sociedad y su gestión. Probablemente el desprestigio de los políticos se lo hayan ganado ustedes a pulso con su desapego del pueblo y por haber creado estas élites de poder donde en pequeños grupos se decide por muchos. Se han dedicado a convencernos a todos de que la política es solo cosa de políticos y que la gente de a pie ahí no pintamos nada. La política debe retornar a sus legítimos dueños, el pueblo. Esto es lo que quieren dinamitar estas corrientes neoliberales.
30.08.2011 a las 23:35 Enlace Permanente
buen artículo
…
(al final tienes una errata -> égil)
y el «y eso» ???
31.08.2011 a las 01:23 Enlace Permanente
Señor Sevilla ha escrito un artículo ejemplar. Creo que usted sabe escuchar y explicar mucho mejor habiendo dejado su escaño. Es una lástima que eso le limite el poder actuar de forma más contundente.
Espero que los políticos que nos representen en la siguiente legislatura debatan intensamente en el seno del partido (más de una tarde) antes de tomar decisiones importantes para el futuro de nuestro país. Todos ganaríamos y la democracia se fortalecería.
31.08.2011 a las 01:47 Enlace Permanente
Sería más simple resumirlo parafraseando a Clinton y aludir a aquello de «es la política, estúpidos».
Al final, siempre hay suficientes de estos últimos que, apegados a conceptos aritmetomorfos, creen que la solución está en el PPBS ,el ZBB, la reforma constitucional o una Jornada Mariana para noviembre.
31.08.2011 a las 02:10 Enlace Permanente
Efectivamente en España han funcionado los estabilizadores automáticos pero vista las circunstancias a costa del bolsillo de todos los españoles. Una franja cada vez mayor de personas vive en los límites de la pobreza porque no puede pagar unos impuestos confiscatorios dentro de un mercado laboral estático que no genera riqueza ni alternativas de puestos de trabajo porque hace mucho tiempo que, como sigamos así, hemos dejado de ser competitivos. Las empresas han dejado de ser competitivas y los trabajadores han dejado de ser productivos. En ese contexto, no podemos decir más que la situación exige una reforma profunda, restrictiva, de fondo, en la composición, organización y funcionamiento de nuestras administraciones públicas. Un cambio que debe venir amparado a través de reformas legislativas. Más acción. Más medidas. Menos autonomías. Menos bailes de salón. Demostrar a Europa que somos capaces de sostener un aparato burocrático dentro de 10 años con la mitad de gasto público es un reto y deberia ser una prioridad.
Hay que hacer una revisión profunda. No eliminar puestos de trabajo ni bajar los sueldos sino a poder ser subir el sueldo a unos trabajadores que cada vez sean más productivos y que puedan desarrollar en unas mejores condiciones sus funciones.
Pero es no lo hace una ley. Ni puede ser revisado por un tribunal contencioso administrativo. Ni puede ser valorado en términos económicos por el Tribunal de Cuentas. Ni puede ser consultado al Consejo de Estado. Pero es la cruda realidad de la burocracia española. Un mal para muchos y el consuelo de unos pocos.
Pero ese es el ratio que hay que optimizar en la función pública española y para eso debe abrirse el debate que intenta cerrarse en falso con la actual reforma constitucional a través de una pregunta muy sencilla: ¿tenemos el modelo político territorial que necesitamos? Le pese a quien le pese.
31.08.2011 a las 07:04 Enlace Permanente
Sr. Sevilla. No me sorprende que el Presidente del gobierno no aprendiera mucho en cuatro tardes. Pero que le haya dejado a su izquierda es… raro.
Ay.
31.08.2011 a las 09:41 Enlace Permanente
Vaya… que al final a Zapatero no le bastaban sólo un par de tardes de economía…
lo que hay que oír… y leer…
31.08.2011 a las 09:46 Enlace Permanente
Interesantísimo post. Soy de los que piensa que esta medida es aberrante, directamente, por la forma, sin necesidad de entrar en el fondo. Su regulación no cabe en la Constitución, sino que debe estar en la Ley. En este sentido, echo de menos que alguien como usted explique y clarifique a la gente que la regulación de un techo de gasto no es algo nuevo, un conejo de la chistera que salido de la chistera de agosto, sino que ya existía en nuestro ordenamiento jurídico desde 2001, con una muy adecuada adaptación acometida en el 2007.
Por otra parte, tendrá que acometerse de una vez la perenne reforma de la Administración, uno de cuyos aspectos debería ser el de la gestión de gasto público en todas sus fases, especialmente a posteriori en lo que a su evaluación se refiere. Sus años en el MAP apuntaron alto pero, al final, en qué se ha quedado el espíritu de la AEVAL o del EBEP?
Saludos.
31.08.2011 a las 09:52 Enlace Permanente
Todo esto esta muy bien pero el presidente del Gobierno ZP, con todos mis respetos ya que pienso que todo su mandato ha sido «dificilisimo», debería aprovechar los medios de comunicación y explicar al pueblo lo que hay sincera y llanamente,,, ya que, los trabajadores nos estamos arruinando, cada día somos un poco más pobres, debido a los impuestos puesto que seguimos cobrando lo mismo por más trabajo y pagamos más impuestos ¿que nos queda para vivir..? !esta es nuestra incertidumbre!
31.08.2011 a las 10:20 Enlace Permanente
Yo el comentario con el que más estoy de acuerdo es el de Domingo. Al igual que el Gobierno Central debe imponer límites de gasto sobre las CCAA si estas en algún momento necesitan pasta, es lógico que los que están comprando nuestra deuda ahora mismo nos pidan algo equivalente, léase, Europa, con Alemania al frente. Yo creo que no son más que los primeros pasos para lo que debe fraguarse de una vez y es una Europa más unida, y no en la que cada uno se cocine sus cuentas a su gusto, pero con la pasta de los demás.
31.08.2011 a las 16:00 Enlace Permanente
Buen artículo
31.08.2011 a las 17:41 Enlace Permanente
En todo este proceso estoy muy confundido, supongo que como muchos. En algún momento he llegado a pensar que lo más razonable, en asuntos tan complejos, es que decidan los expertos, en este caso economistas y juristas (también los políticos), ya que desde mi punto de vista la democracia está más relacionada con el control del poder (sea este político, financiero, mediático o de cualquier otra naturaleza), y con la libertad de acción y expresión de los ciudadanos, que con la «administración de las cosas», aunque estas sean públicas, ya que para ello se supone que contamos con los especialistas adecuados y sus discusiones técnicas asociadas difícilmente se pueden trasladar a un terreno político donde todos podamos participar en condiciones de igualdad (su máxima expresión sería el referendum).
Sin embargo, después de leer su artículo he cambiado de opinión porque me ha demostrado de forma harto sencilla lo que de verdad encierra políticamente (y por lo tanto al alcance de mi opinión) una discusión que se me antojaba extraordinariamente compleja, no en vano, las mejores escuelas de economía del mundo llevan discutiendo sobre este asunto decenas de años.
El nuevo asunto que se me plantea es: ¿Qué puede ocurrir, si una vez pactados (Zapatero y Rajoy) con los famosos e ignotos mercados y la Sra. Merkel la reforma constitucional esta no se lleva a cabo, porque los que no estamos ahora de acuerdo, por una especie de milagro conseguimos nuestros objetivos?.
Gracias por el artículo
31.08.2011 a las 20:22 Enlace Permanente
El abuso de poder de algunos politicos me parece mas que evidente y la iresponsabilidad en la gestion del dinero de todos es caracteristica comun en mi superhumilde opinion.
No propugno un incremento de la religion como el tea party pero seria muy apreciado por la sociedad un incremento en los valores. Tambien en los politicos, pese a que no le guste.
Le recuerdo que hay 750 causas abiertas contra politicos en España por corrupcion y con independencia de partido politico. No me parece un modelo humano a seguir.
01.09.2011 a las 12:53 Enlace Permanente
¿Exactamente qúé frases se cambian, añaden en la Constitución? Gracias. Ehorabuena por todo Jordi, cada día me gusta leerte.
01.09.2011 a las 13:58 Enlace Permanente
Estoy de acuerdo con muchos puntos de su artículo, sobre todo el 9, los partidos podrían haberse puesto de acuerdo en temas más inmediatos como el presupuesto del próximo año ¿por qué no lo hicieron el anterior y el anterior …? ése es el problema, la parte de tufo electoralista que tiene toda esta movida.
Que hay que limitar cuánto y durante cuánto tiempo se puede tener déficit es algo incuestionable. En el momento en que emitamos deuda para pagar los intereses de la deuda sin reducir el montante total de la misma y se aumente de forma continua durante un plazo suficientemente largo, estaremos con un pie en la tumba (bancarrota del Estado).
Podemos discutir si una cifra razonable, dependiendo de la situación, puede ser el famoso 3% o un 4 o un 6 pero desde luego con un déficit anual del 12 por ciento, ese momento llega muy rápido salvo que el crecimiento de la economía fuera estratosférico (pero creo que es al revés a fecha de hoy) por lo que no se puede permitir ese nivel de déficit.
¿Podemos confiar en que el partido de turno en el poder tenga la suficiente cabeza para saber hasta dónde puede llegar sin que sea peor el remedio (déficit) que la enfermedad (bajo crecimiento)? Pues aunque sea triste decirlo, yo creo que no y en ese sentido es en el que creo que esta reforma es positiva, compartiendo que no es para hoy y que podría haberse hecho de manera distinta.
Otra cosa en la que no estoy de acuerdo (no con Usted, que no dice eso, sino con la opinión generalizada) es en el principio de identificación de manirrotos con izquierda y buenos administradores con derechas, el señor Gallardón es un gran ejemplo. Si para conseguir (que de momento es que no) las Olimpiadas hay que colocarse en 7.000 millones de déficit solamente en el ayuntamiento de Madrid, vamos mal.
02.09.2011 a las 11:19 Enlace Permanente
Estimado Señor Sevilla:
Estoy de acuerdo casi al 100 por cien con usted y, si me permite, voy a sumar algunos elementos adicionales a su muy certero análisis.
1.- Lo más importante de este acuerdo constitucional es que somete al Estado español a un estricto compromiso para devolver el dinero que toma prestado. La fecha de 2020 se refiere a la cuantía del déficit estructural. Y que eso me recuerda al Mercader de Venecia, cuando Shylock pide como prenda a Antonio una libra de su carne (según he leído en un blog recientemente creado http://www.estaciondeleste.es).
2.- Si el sector privado español debe dinero, y al parecer aún más que el sector público, al resto del mundo, eso significa que el Estado español tendría que acabar rescatando a su sistema financiero si por debilidad del tejido productivo, los residentes españoles resultan cada vez más pobres y menos solventes. Algo así sucede ya con ese FROB, pero podría ser mucho más.
3.- Esto acabará pasando a causa de que la competencia internacional es enorme y nada garantiza que España vaya a lograr incrementar sus exportaciones basadas en valor añadido y por lo tanto reducir así su déficit externo y su deuda externa. Por lo tanto, la alternativa es «achinarse», y llegar al «dumping social» dentro de unos años, si ello fuera menester. Es decir arrancarse la libra de carne.
4.- Debemos defender el espíritu de superación para logar las utopías, y entre ellas se puede incluir que la Tierra sea multicultural y que en ella los países tengan todos unas balanzas comerciales equilibradas, lo que es equivalente a que, en una maratón imaginaria, todos corran al máximo para buscar la utopía, pero que nadie gane sino que todos lleguen a la meta a la vez.
5.- Yo no niego que la utopía sea posible, por muy utopía que parezca. Lo que niego es que se base en los mercados guiados solamente por el egoísmo y la falta de humanismo y solidaridad, y por lo tanto de control de un Estado ético, que no es fácil se pueda encontrar en las culturas de muchos países pero sé en la de otros.
Reitero pues que estoy acuerdo con usted y voy a tratar de que nuestros políticos lo vean. Porque a lo peor, ni siquiera son capaces de explicarle eso al Shylock de nuestro tiempo que no está en Venecia sino en Berlín.
02.09.2011 a las 19:18 Enlace Permanente
Hoy he leido un ejemplo del desden politico al que me referia. Salgado ha publicado que 2500 alcaldes aun no ha presentado las cuentas del 2010, aun perjudicando a sus municipios. Estamos en septiembre!!!
Hasta donde yo se, usted es un lujo como politico, con valores y formacion PERO eso no implica en ningun caso que el resto de la «clase» politica lo sea.
Si los 2500 alcaldes compartieran su responsabilidad, podria argumentarse un intervencionismo publico basado en valores. Lamentablemente no es el caso.
Si en mi empresa yo no presento las cuentas anuales, podria tener implicaciones mercantiles o penales.
02.09.2011 a las 20:48 Enlace Permanente
hoy ha sido aprobado en el parlamento de la nación la reforma constitucional para controlar el gasto público del estado español y todas sus administraciones …….eso significa que todas las administraciones que dependan de los presupuestos generales del estado;no pueden gastar más de lo que ingresan
opinión..me parece muy bien que haya un control económico de las administraciones públicas pero lo que echo de menos es que no haya un debate público y cuidadano para lograr el mayor consenso posible ……
04.09.2011 a las 13:34 Enlace Permanente
Argumentos básicos para entender lo que está pasando:
Leed esto y los comentarios que le siguen (a favor y en contra):
http://blogsostenible.wordpress.com/2011/09/01/el-deficit-cero-es-basico-para-la-sostenibilidad/
07.09.2011 a las 11:13 Enlace Permanente
Sé que soy muy pesado, y aunque coincido plenamente con tu opinión (sobre todo en lo de presupuesto por objetivos con evaluación, racionalización y control del gasto), sigo pensando que no haces suficiente incidencia en la cuestión de «globalizar la socialdemocracia» ya que para mí está meridianamente claro que resulta imposible cambiar la dinámica de la situación si los que pensamos en términos de redistribución de la riqueza, no actuamos por lo menos a nivel europeo. Mientras que los partidos socialdemócratas europeos no tengamos un proyecto común y un instrumento único de actuación, cualquier propuesta de mejora o mantenimiento del Estado del Bienestar, será «papel mojado». Por cierto, no sé si de cara al próximo congreso de nuestro partido tienes algún grupo de reflexión y propuestas en el que un humilde militante como yo pueda participar….
07.09.2011 a las 19:05 Enlace Permanente
Es un magnífico artículo, aunque creo que sigo pensando que no es conveniente un referéndum, porque la prioridad es sobrevivir a esta crisis, y a ser posible sobrevivir (económicamente) la mayor parte de la población posible, y para eso hace falta financiación de los malditos mercados.
Lo que sí creo que es necesario es comunicación a los ciudadanos, y en eso usted es de los mejores. ¿No se plantea volver a la poítica activa?
11.09.2011 a las 10:32 Enlace Permanente
Esto me recuerda al famoso Mouseland (http://www.youtube.com/watch?v=UtTW72F8xo0)
El 75% de la fuerza laboral de España son mileuristas, pero el sueldo medio supera los 2000 euros. Esto es la desigualdad es galopante en España. Un 20% de trabajadores trabajan sin cotizar, el mercado negro es galopanta. El fraude fiscal es galopante, 23% del PIB, Los banqueros y accionistas han ganado mas dinero durante la crisis que nunca antes (dinero de los contribuyentes), El amigismo, enchufismo de las administraciones, Que se puede decir de la corrupción, Nosotros tenemos que cotizar 35 años, pero Uds los políticos solo 7 cobrando la pensión máxima solo por jurar el cargo.
Nosotros, los de a pie, somos los que aguantamos los precios desorbitados de las casas, las perdidas de TODO en la crisis y Uds solo aportan figuras y estadísticas que no nos solucionan nada en la vida diaria.
Gatos negros y gatos blancos son lo mismo, gatos.
16.09.2011 a las 18:30 Enlace Permanente
Es lo que pasa cuando uno se deja rodear de palmeros, y expulsa de su ámbito a los cautos y a los críticos. ¿porque no atendieron a Luis Angel Rojo y Santiago Niño Becerra, Xavier Mena? y otros muchos. Que no hubieran podido evitar la crisis, pero sí minimizar sus efectos.
18.10.2011 a las 21:41 Enlace Permanente
La lectura de toda esta cuestión tiene un sentido muy distinto cuando atendemos y consideramos debidamente los datos y los hechos que existen.
En primer lugar, el Tratado de Maastricht (1992) sirvió para prohibir a los Bancos Centrales el financiar directamente a los Estados, que desde entonces, deben encontrar prestamistas en los mercados financieros. Por tanto, desde el Tratado de Maastricht, se trata de someter a los Estados, que se supone que son por naturaleza demasiado dispendiosos, a la disciplina de los mercados financieros, que se supone que son eficientes y omniscientes por naturaleza.
La aplicación de este Dogma Neoliberal, seguido a pies juntillas por el PSOE y por el PP ha privado al Estado español de la garantía de poder financiarse por el Banco Central. Y este es el motivo por el cual España, y también otros Estados europeos del sur, han sido víctimas de ataques especulativos.
Concretamente, después de el estallido de la burbuja inmobiliaria, y por tanto, desde el inicio de la actual crisis económica-financiera (provocada en los mercados financieros por los especuladores), el Gobierno español ha concedido a la Banca Privada más de 90.000 millones de euros. Para poder hacer frente a esta colosal cifra, que tan sólo logra rebajar la deuda privada a 2/3 de la deuda total española, el Estado se endeuda y por tanto crece la deuda pública a 1/3 de la deuda total española. Como no podía ser de otro modo, los beneficios son privados, y las pérdidas se socializan.
Tenemos por tanto, que el déficit público ha sido generado por culpa de querer sanear la deuda privada de bancos e inversores privados, por recomendación de los propios bancos e inversores privados. Pero ahora, ellos mismos castigan al Estado por tener déficit, y recomiendan privatizar los servicios públicos para obtener beneficios. Beneficios que van a obtener nuevamente de los contribuyentes (sin su consentimiento) para intentar sanear sin éxito su colosal deuda privada.
Todo esto es evidentemente un atraco. Una estafa. Los Estados están a merced de los especuladores y no de los ciudadanos. Los desmesurados, los descontrolados, no han sido los funcionarios públicos o los políticos, han sido los especuladores, los llamados mercados, que presuntamente eran eficientes y autorreguladores. El Dogma del Mercado se ha hundido por si solo. Y no obstante, tanto PP como PSOE modifican la constitución y sirven en bandeja de plata el Estado del Bienestar para que los especuladores puedan seguir con sus recetas neoliberales. Las mismas que están profundizando la crisis, las mismas que están destruyendo los Estados en los que son aplicadas, como ya pasó en Suramérica en los años 80.
06.11.2011 a las 00:03 Enlace Permanente
Esta crisis ha mostrado de forma clara y meridiana el fracaso de la socialdemocracia como gestora servil del capitalismo; cuando las cosas se ponen feas, el capitalismo y su sistema financiero prescinde de forma cruel de la servidumbre socialdemócrata. ¿Hubiera sido todo igual si la gloriosa Unión Soviética siguiera existiendo?