Sí, nosotros también podemos

Escrito a las 5:07 pm

Si EEUU ha elegido de manera festiva al primer presidente negro de su historia y si los gobiernos occidentales están nacionalizando bancos, es verdad que todo es posible. Incluso que también nosotros, en España, podamos abordar la peor crisis económica de nuestra historia, juntos y en buenas condiciones. Un año atrás, todavía se discutía sobre el nombre de la cosa. Hace tres meses, se criticaba a quien hablaba Hoy debemos reconocer que nunca antes habíamos vivido tantas dificultades económicas juntas y tan complejas cada una de ellas. Es la primera vez que nos enfrentamos a una crisis tan profunda y duradera, pero que se presenta como a cámara lenta.


Sabemos lo que va a venir, pero tarda en hacerlo. Esto es así, en parte, por la propia naturaleza de una crisis cuyo detonante han sido los llamados activos tóxicos financieros que, por decirlo de manera coloquial, no nacen, sino que se hacen. Es decir, muchas entidades tenían activos considerados solventes que se han convertido en tóxicos de la noche a la mañana porque han perdido súbitamente el valor de mercado. Así, la incertidumbre no ha sido causada sólo por desconocer quién tenía activos tóxicos y por cuanta cantidad, sino por ignorar qué activos podían intoxicarse y cuándo. Esto es lo que ha transformado el problema inicial de liquidez en otro de solvencia, cuyas soluciones son distintas.
Es la primera vez que se produce una sequía crediticia tan severa en el conjunto del sistema financiero internacional, hasta el punto de que los problemas en la economía real no se desatan por falta de demanda de los productos o por pérdida de competitividad de las empresas, sino por parálisis crediticia, incluso para renovar pólizas de circulante. En el caso de España el problema se agudiza porque hemos basado una parte importante del éxito de los últimos años en un elevado nivel de endeudamiento, nacional y exterior, puesto en cuestión de repente.
Es la primera vez que tenemos que hacer frente a una crisis de modelo de crecimiento desde las reconversiones industriales de los años 80 del siglo pasado. Entonces fueron el sector naval o la siderúrgica, ahora es la construcción o el automóvil. Sectores que en cada momento representan una parte importante y muy dinámica de nuestro crecimiento, pero que, por razones distintas, ya no pueden seguir haciéndolo, arrastrando con su crisis al conjunto.
Es la primera vez que tenemos que hacer frente a todo esto desde el euro. Es decir, con las ventajas de pertenecer a una zona monetaria fuerte, pero sin instrumentos de ajuste como el tipo de cambio o el de interés. Por último, es la primera vez que afrontamos una dificultad grave como ésta siendo más ricos como sociedad, con más gente trabajando que nunca y con un Estado solvente con bajo endeudamiento. Hasta ahora, el Gobierno ha acabado por hacer las cosas adecuadas, aunque lo haya hecho siguiendo un camino, a veces, innecesariamente tortuoso. De aquí en adelante, con los pésimos datos de paro ya conocidos y con las previsiones ciertas de recesión, deberá seguir haciéndolo bien, pero, además, tendrá que esmerarse en que lo parezca. Sólo así la confianza de los ciudadanos en la economía se fortalecerá, ayudando con ello a la recuperación.
Hacerlo bien ahora exige dos cosas simultáneas: la elaboración de un plan de estímulo a la economía que sea mucho más que un goteo semanal de medidas unilaterales, y la necesidad de que dicho plan surja de acuerdos y consensos con los sindicatos, empresarios, oposición y comunidades autónomas. Debemos ser, al menos, igual de eficientes a la hora de definir medidas de ayuda a la economía real de lo que fuimos con las de respaldo a la banca y, eso sí, un poco más rápidos en su aplicación práctica. Entre las medidas a acordar se debe incluir, junto a lo ya anunciado esta semana por el presidente, un elenco de actuaciones orientadas a mantener el empleo, garantizar derechos sociales e incentivar la actividad económica: Un conjunto de iniciativas fiscales, presupuestarias y laborales para facilitar la reconversión y la reactivación selectiva de dos sectores claves como son la construcción de viviendas y el automóvil. El descenso de un punto en las cotizaciones sociales para las empresas que mantengan su plantilla neta y de punto y medio para aquéllas que la incrementen. Su financiación sería ahora con cargo a deuda pública para sustituirla por una su¬bida del IVA en cuanto la economía inicie la recuperación.
Autorizar a los ayuntamientos a endeudarse, como piden, hasta un máximo conjunto del 0,5% del PIB, siempre que estos fondos adicionales se dediquen a planes locales de empleo.
Aplazar un año la entrada en vigor de la supresión del impuesto de patrimonio, para ayudar a reducir el déficit público derivado de la crisis.
Incrementar las Ofertas Públicas de Empleo hasta el nivel medio de los últimos cinco años.
Comprometer planes específicos de apoyo a autónomos y a la economía social, modificando la actual ley de sociedades laborales.
Flexibilizar el uso excepcional del trabajo a tiempo parcial para evitar despidos en empresas con dificultades. Posponer la liberalización de precios energéticos, pactando una congelación, por un año, de las tarifas eléctricas. Elaborar, entre las tres administraciones, un programa urgente de inversiones públicas adicionales para recuperación del medio ambiente y lucha contra el cambio climático.
Un Plan así, sólo será plenamente eficaz si se consigue articular en torno al mismo a una mayoría social y política. Nunca como ahora es necesario el diálogo social, el consenso parlamentario y la cooperación entre administraciones, ante uno de los mayores desafíos de nuestro país.
Porque los gobiernos son más fuertes, no cuando vencen, sino cuando convencen. De eso va el liderazgo en democracia. De movilizarnos con el «juntos podemos» de Obama, frente al paternalismo del «solo ante el peligro» de Bush. Ése es el cambio que todos necesitamos. Porque sí, nosotros también podemos.

2 comentarios

001
enric doménech
10.11.2008 a las 22:20 Enlace Permanente

¿Qué te parece la disposición derogatoria –derogación del art. 69 LFCE- del proyecto de PGE para 2009? Si, ya se que a veces, de un buen uso, se pasa al abuso; pero siempre acabamos por de la impotencia e incapacidad para gestionar y controlar, a la llana y palmaria supresión de mejoras sociales. Estoy hablando de la garantía de las retribuciones durante un periodo de 3 meses al año, en casos de enfermedad, accidente de trabajo, etc… entre los empleados públicos del Estado, y sus derivaciones en el resto de Administraciones.

Por cierto, ¿no se repone la ‘tasa de reposición’ en la oferta de empleo público?

Tenemos por otra parte, ante una reciente reforma del Estatuto del Empleado Público, el haber perdido la Administración la oportunidad de ser solidaria con el resto del sistema de protección social, al continuar omitiendo la cotización por desempleo, a los funcionarios públicos (de carrera). Porque los funcionarios interinos, y el personal laboral, sí son solidarios, y se le presumen los mismos derechos que a los funcionarios de carrera (al menos en este tema).

De la posibilidad de pasar el coste del sistema de seguridad social, protección social, y pensiones, al IVA, o a los Presupuestos Generales del Estado, hace tiempo (ya hablamos de ello, allá por el año 1994, con Aurelio Martínez, en un coloquio en la Cámara de Comercio de Valencia), parece del todo razonable. Somos una comunidad netamente exportadora, y de este modo podríamos recaudar ese IVA que viaja al resto de Europa, y que pagan los consumidores finales de productos y servicios. Y por otra parte, las empresas compensarían las llamadas cargas sociales, cuando no tienen balances positivos en sus maltrechas tesorerías.

Ahí de nuevo, la necesidad de reforzar la función inspectora y de control de las AA.PP.

Respecto a la posibilidad de endeudamiento de los municipios, es increíble la facilidad con la que se sacan a licitación externa los múltiples servicios, y actividades, con la excusa de una mejor gestión, y unos menores costes.
¿Menores costes, con uno más que quiere incrementar su parte o beneficio empresarial? ¿A costa de quienes? ¿O es que no hacen suspensiones de pagos, chantaje, y otros ardides las muchas empresas que contratan con las AA.PP.?

Debemos fomentar un mayor compromiso de los empleados públicos con las Administraciones a las que sirven. Apoyar a aquellos que demuestren un interés por aportar y sumar.

Por hoy, lo dejaremos, pero tenemos tod@s muchas cosas que plantear, y que hacer.

Saludos desde Xàbia/Javea

enric doménech

002
magda
11.11.2008 a las 18:52 Enlace Permanente

Señor Sevilla he leído su nuevo post y por supuesto que en casi todo estoy de acuerdo con usted y creo que las medidas a tomar tienen que ser rápidas y sin demora.
Pero hay algo de su exposición que me llama la atención «sabemos lo que va a venir pero tarda en hacerlo».Pero ¿sabemos lo que va a venir? ¿Vamos a esperar a que llegue lo peor?.
Realmente comparando la crisis con la gripe de cada año, los expertos en sanidad preparan unas cepas que evitaran que el virus sea el peor de todos los virus, prevenir para que los sectores más vulnerables puedan pasar el invierno con gripes más suaves o sin ella.
Sigo sin entender ¿qué es lo que ha destruido casas, hogares, familias ilusiones?, cómo es que lo gobiernos no han preparado una cepa rápida de prevención de muertes económicas, despidos, desajustes.
Es rápida la infección y no tiene prejuicios en atacar, aunque siempre al más vulnerable….busquemos el antídoto.
Hemos llegado a la luna, derribado el muro de Berlín, terminado con el stalinismo, fascismos, pero el capital se hunde y no podemos sobrevivir, no hay nada contra el sistema …hay que reparar los abusos y los desequilibrios de los que han ocupado nuestro sustento..
Los empresarios deben parar de firmar despidos sin más.
Todos los días voy en metro, puedo decir que antes de verano la línea 10 se llenaba tanto que había que dejar pasar dos metros por lo menos, hoy y desde hace tres meses va ligero de gente y no hay que dejar pasar ningún tren…a mi se me ponen la piel de gallina. Huele a tristeza y se acercan las terribles navidades.
Nosotros podemos o estamos todos dispuestos a ser una sola persona.
Trabajadores, empresarios, sindicatos, gobierno ,oposición(tremenda cruz).
Un saludo
Magda

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